Morir por un deseo, sufrir por una ilusión,
huir del sabor amargo de tu propia lagunadeseando siempre tener más con pasión,
indescriptible, perdiéndote en el perverso
mundo de la perdición sin duda alguna.
Intentemos sin prisa perdernos en el fondo del mar,
morir sabiendo que los temores se ahogaron con claridad,
junto con el dolor dulce que fue peor que amar
y así volver a nacer para vivir lo más puro toda la eternidad.
Atar el famoso nudo para que tus huesos,
se involucren en el más puro sentimiento
con el poder de desprender el perfume de tus besos
y con una calma, lentamente, reconocerte con tan sólo olerte.
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